Hoy os traemos la traducción de una entrada publicada en Rugged Circuits y que enumera…
(Cosas que NUNCA deberías hacer con tu Raspberry)
Tras el éxito de nuestro post 10 maneras de destruir un Arduino ahora le toca el turno a la otra gran aliada de los Makers, las Raspberry Pi.
1. Apagarla en caliente
Un clásico. Es cierto que no dañará la Raspberry, pero si puede hacer que perdamos todos nuestros datos y tengamos que formatear nuestra SD,volviendo a tener instalar el sistema operativo y todo lo que tuviésemos instalado hasta el momento. Pero de qué hablamos cuando decimos «apagado en caliente».
A ninguno se nos ocurre apagar nuestro ordenador tirando del cable, ni dandole al botón de encendido. Todos sabemos que esto es una mala practica que nos puede traer muchos y desagradables problemas. Pero, por alguna razón, cuando estamos con nuestra Raspberry Pi a menudo se nos olvida que es un ordenador y la apagamos desconectandola de la corriente. Esto es un gran error y, al igual que nos podría pasar con cualquier otro ordenador que apagásemos siempre así, terminaremos teniendo problemas.
2. Consumo
Los GPIOs son pines de señal. Y recalco lo de señal porque la intensidad que puede circular por ellos es realmente baja. Hacer que dispositivos cómo sensores o leds se alimenten directamente de los GPIOs es un error ya que no están pensado para este fin.
Pedirles a los GPIOs que por ellos circule más de 16mA es sinónimo de dañar nuestra Raspberry Pi a nivel físico y podríamos dejar inservible nuestra Raspberry Pi.
3. Alimentarla directamente desde los GPIO
La Raspberry está pensada para alimentarse por USB. Esto supone que los diseñadores dieron por alto que nunca tendrían que soportar más de 5V regulados y estabilizados. Por ello no cuenta con una fuente de alimentación en la placa, ni con un regulador que permita un rango de entrada amplio, cómo ocurre con Arduino.
Si alimentamos nuestra Raspberry por los GPIOs y en algún momento esa alimentación excede los 5V dañaremos irreparablemente la placa.
4. Calor
El calor es el peor enemigo de la electrónica. Produce daños a nivel físico que destruyen de forma irreparable un circuito. Pero a veces esto se nos olvida con nuestras Raspberrys Pi, les pedimos que hagan tareas que requieren ponerlas al máximo de potencia y no las dotamos de ventiladores ni disipadores que despejen ese calor.
Esto puede ser aun peor si la metemos dentro de una caja sin ventilación o las colocamos en lugares en los que no es posible el flujo de aire.
5. Acceso continuo a memoria
Las tarjetas SD tienen un número máximo de ciclos de lectura y escritura. Si estamos aprendiendo a programar usando Raspberry Pi es importante asegurarse de que no hacemos un uso intensivo de la tarjeta, grabando y leyendo de forma continua. De otro modo, el tiempo que disfrutaremos de nuestra SD antes de tener que tirarla y comprar otra se reducirá enormemente.
6. Conexiones en caliente
Estamos mal acostumbrados a Arduino dónde podemos conectar y desconectar cosas sin retirar la alimentación y rara vez pasa algo. Incluso, en caso de que pase, normalmente lo peor suele ocurrir es que quememos ese pin en concreto, o el puerto, cómo mucho.
Pero en Raspberry Pi la cosa es distinta, producir un corto en alguno de sus Gpios al conectar o desconectar puede terner consecuencias desastrosas para toda la placa. Por ello, antes de manipular los GPIOs, es mejor apagar (¡apagarla bien!) y quitar la alimentación de la Raspberry. Si, es una pesadez, y se pierde mucho tiempo… pero más pesado y costoso es tener que empezar de cero por haber quemado la Pi ¿no?
7. Cortocircuitos
Está estrechamente relacionado con el punto anterior, aunque no siempre. Es importante ser cuidadosos con qué tenemos conectado a nuestros GPIOs. De nada sirve apagar correctamente antes de manipular conectores si conectamos un circuito de dudosa estabilidad y terminamos produciendo un corto.
8. Superficies peligrosas
Si nos fijamos en la parte inferior de cualquier Raspberry existen muchos «pads» de prueba y soldaduras de componentes. Dejar nuestra Raspberry Pi sobre una superficie conductora, cómo una mesa de metal puede producir cortos que destruirían nuestra Raspberry Pi.
9. Mala alimentación
No, no estamos hablando de que nuestra Raspberry tenga que seguir una dieta rica en frutas y verduras, sino de lo que ocurre cuando usamos fuentes que no son de calidad o no están diseñadas para las exigencias de nuestra Raspberry Pi.
Para entender bien tenemos que conocer qué dicen las especificaciones de USB en cuanto a alimentación nos daremos cuenta que son 5V a 500mA. Algo que queda muy lejos de los 3A que puede llegar a consumir Rp.
10. No cambiar la configuración por defecto
De acuerdo, esto no dañará nuestra Raspberry Pi, al menos no directamente, pero realmente deberían hacer que nuestra Raspberry Pi explotase por saltarnos este punto, ya que es potencialmente el más peligroso.
Cuando instalamos Raspbian se crea un usuario por defecto (pi) con una contraseña por defecto (raspberry). Esto es igual en todas las instalaciones. Este usuario, por si fuera poco, tiene permisos de administrador, con lo cual puede hacer y deshacer a su antojo dentro de nuestra Raspberry Pi.
Cualquiera podría, por lo tanto, tomar el control en remoto de nuestra Raspberry y usarla para lo que quisiera, desde minar bitcoin hasta participar en ataques DDos y nosotros ni nos enterariamos, salvo porque veríamos que nuestra Pi iria bastante más lenta de lo normal.
Lo primero que deberíamos hacer cuando arrancamos por primera vez una raspberry es crear nuestro propio usuario y eliminar pi, o , por lo menos cambiarle la contraseña a ese usuario.
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