Rasbian es la distribución más popular para Raspberry Pi, es sencilla de utilizar, ocupa poco espacio, trae de instaladas «de serie» la mayor parte de las aplicaciones y librerías que podemos necesitar para trabajar con nuestra Raspberry… Pero siempre ha tenido una clara asignatura pendiente: Su estética. Para solventar esta debilidad llega
Raspbian Pixel.

El objetivo de esta nueva versión de la popular versión de linux para Raspberry pi es hacerla más agradable y estética. Para ello sus desarrolladores han puesto especial énfasis en el aspecto visual, buscando mejorar la experiencia del usuario en todos los momentos de uso. Por citar algunos ejemplos, el arranque ha cambiado por completo y ya no veremos todos los mensajes de prompt que indican como el sistema está arrancando, en su lugar una interfaz nos acompañará durante el tiempo que el sistema tarda en estar listo para trabajar y a partir de ese momento veremos otros cambios significativos, como los 16 fondos predefinidos que vienen por defecto con Pixel o los iconos por defecto, mucho más bonitos que los que estamos acostumbrados a ver en Raspian.

Mejoras en la funcionalidad y el software

El aspecto estético también busca mejorar la funcionalidad, haciendo más sencillo tareas como encender y apagar el Bluetooth o el Wifi, o el indicador de que nuestra Raspberry esta teniendo problemas con la alimentación (indicador que puede que ni tan siquiera supieras que existe, ya que hasta ahora consistía en un cuadrado rojo nada intuitivo).

En cuanto al software que viene por defecto, nos encontramos con RealNVC integrado por defecto en el sistema, SenseHAT y Chromium for Pi, el cual utiliza la aceleración por hardware nativa de la Raspberry Pi.

Por contra, y como no todo puede ser bueno, esta versión ocupa algo más espacio en nuestra tarjeta SD, algo que debemos tener en cuenta a la hora de decidir que tarjeta comprar para nuestra Raspberry Pi.